Alejandro Gispert Galindo es un hombre silencioso, alto, dueño de unos ojos que funcionan como imanes, no solo por su tonalidad multicolor, sino por lo que logra transmitir con la mirada — por Gusel Ortiz Cano
fotos: Cortesía de Alejandro Gispert Galindo En ocasiones, el Museo parece un lugar encantado, da la sensación que entran y salen duendecillos como los de los cuentos, que hacen y rehacen por todos lados. Los ves atentos a su labor, retocando un piano antiguo o devolviendo…